Salud
¿ El envejecimiento ocurre de repente? Lo que dice la ciencia.

¿El envejecimiento ocurre de repente? Lo que dice la ciencia
Por : La Redacción
Las nuevas tecnologías están permitiendo a los científicos comprender mejor cómo funciona realmente el proceso de envejecimiento.
Muchas personas sienten que envejecen de manera repentina. Tras años de bienestar, un día cualquiera aparecen dolores en las rodillas o fatiga inesperada.
“Te levantas por la mañana y de repente te sientes viejo”, dice Steve Hoffmann, profesor de biología computacional del Instituto Leibniz sobre el Envejecimiento en Jena, Alemania. “Esa es más o menos la impresión”.
Lo interesante es que esta sensación podría tener una base científica. Investigaciones recientes sugieren que el envejecimiento en la edad adulta no es un proceso continuo, sino que ocurre en ciertos momentos clave de la vida, marcados por cambios drásticos en el organismo.
¿Cómo envejecemos realmente?
Los científicos han sospechado durante mucho tiempo que el envejecimiento no es lineal, pero solo en la última década han podido medirlo con precisión mediante biomarcadores como proteínas y modificaciones en el ADN.
Un estudio de la Universidad de Stanford analizó muestras de sangre de 108 adultos, de entre 25 y 75 años, y encontró que el envejecimiento parece acelerarse en momentos específicos: alrededor de los 44 y nuevamente cerca de los 60 años. En la primera etapa, los cambios afectan el metabolismo de las grasas y el alcohol, así como la función muscular. En la segunda, se observa una mayor disfunción inmunitaria y deterioro muscular. Esto explicaría por qué a partir de los 40 es más difícil procesar el alcohol y por qué las personas son más propensas a enfermedades después de los 60.
Otra investigación en ratones, en la que participó Hoffmann, mostró cambios químicos abruptos en el ADN en diferentes etapas de la vida. Asimismo, un estudio de 2019, basado en el análisis del plasma sanguíneo de más de 4,000 personas, identificó tres momentos clave de envejecimiento acelerado: en la cuarta, séptima y octava década de vida.
Sin embargo, no todos los científicos coinciden con la idea de que el envejecimiento ocurre en ráfagas. Steve Horvath, pionero en el estudio de los relojes epigenéticos, sostiene que el envejecimiento sigue una curva pronunciada desde la infancia hasta la pubertad, pero luego se vuelve más estable a partir de los 20 años.
Además, investigaciones recientes sugieren que algunos órganos, como el cerebro y el corazón, pueden envejecer a un ritmo diferente al del resto del cuerpo, según Tony Wyss-Coray, profesor de neurología en Stanford.
¿Qué significa esto para nuestra salud?
Aunque los mecanismos exactos del envejecimiento aún no están claros, estos hallazgos podrían ayudar a comprender mejor los cambios en la mediana edad, como la ralentización del metabolismo. Según Allison Aiello, profesora de epidemiología en la Universidad de Columbia, esta información podría permitir un enfoque más personalizado en la prevención de enfermedades relacionadas con la edad.
Aditi Gurkar, investigadora en el Instituto del Envejecimiento de la Universidad de Pittsburgh, destaca que conocer estos patrones ayudaría a las personas a monitorear su salud y prepararse para cambios específicos según su edad.
¿Qué sigue para la investigación sobre el envejecimiento?
A pesar de estos avances, los expertos advierten que estos estudios son preliminares. Eric Verdin, presidente del Instituto Buck de Investigación sobre el Envejecimiento, señala que aún quedan muchas preguntas sin resolver: ¿qué órganos impulsan estos cambios? ¿Varían según el género o el estilo de vida? ¿Factores como el embarazo, el estrés o una infección pueden acelerar el envejecimiento?
Los científicos están desarrollando estudios a largo plazo para rastrear estos cambios a lo largo de la vida y determinar si el envejecimiento ocurre en ráfagas o de manera continua.
Para Luigi Ferrucci, director científico del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, comprender estos procesos permitirá extender la calidad de vida. “En lugar de que el declive ocurra a los 70 años, podríamos retrasarlo hasta los 75 y ganar cinco años de buena vida”, concluye.